domingo, 8 de junio de 2014

Nunca será quizás.

Voy a empezar a escribir,
de la sonrisa de un padre cuando ve a su hijo meter gol en el minuto 92',
de las palabras de dos amigos un viernes cualquiera, entre cervezas,
de cuando alguien que te triplica la edad, te dice disfruta de la vida, todavía eres joven...
Pero seamos sinceros, si tengo que escribir será que hoy te he vuelto a ver de nuevo...

Que sí, que todos me dicen que tu vida no depende de nadie,
que la vida es demasiado corta para anclarse a alguien,
que cuando falla el plan a, tienes todo un abecedario entero,
pero vosotros nunca habéis echado un pulso a sonrisas con ella.

No, como tú no hay dos millones,
que no me creo a esos que ponen en su muro de Facebook:
nunca le voy a hacer caso al corazón,
voy a pensar más con el cerebro, ni en ser frío,
ni en ser de hielo.

Que es cierto eso de que al final siempre,
repito siempre, lo que más duele es la parte izquierda del pecho,
pero el día que escuché a Monica Gae recitarle "Feliz cumpleaños, pequeña" a Alejandra.
Comprendí, que tendría que coserme el corazón,
aunque esto implique operarme a corazón abierto.

Así que me creeré más a los que retuitean;
El mundo es más bonito cuando tú sonríes,
o yo no quiero ser recuerdo...

Así que hoy hablaré de lo fácil que lo tiene la poesía,
para hablar de ti,
poesía no es ella,
sino todas las palabras que sin querer has derramado,
que sí, que yo sé que esto son sólo palabras
que parezco un gilipollas soñando con cosas que sólo han ocurrido en mi mente,
que con esto me lo cargo todo,
pero igual te ríes,
y vuelvo a hablar de tu sonrisa,
y de volver a partirme los dientes por verla,
que igual nunca, nunca he sabido lo que quiero,
pero sí con quién,
y
dudo
mucho
en
comprender
otra manera de felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario