viernes, 2 de agosto de 2013

No son los recuerdos, son las sensaciones

Aún recuerdo cuando hicimos ese gran viaje,
tú tenías todas las medallas, y yo el hecho de haber participado,
me dijiste que todo el mundo sabía lo que había echo,
que merecía más que nadie tener todos los méritos.

Siempre quise guardar objetos para tener un recuerdo,
de cada sitio,
sin saber que los únicos que serán para siempre,
los únicos que de verdad importan,
son esos que quedan en mi cabeza.

Pero...

No son los recuerdos, son las sensaciones,
ver tus ojos mirando fijamente, que me decían:
Nadie te va a mirar como yo te he mirado,

¡Qué le den por culo al mundo!

Daría la mitad de mi vida por volver a tener esa sensación,
desde ese momento, o desde ese instante, supe que ya esa sensación,
no la tendría nunca más,
supe que cada noche de invierno, no iba a ser como aquella,
que nunca más estaría con alguien pasando frió,
mientras todo el mundo estaba en sus casa, calentitos,
pero que sólo tú y yo sabíamos que en ese momento no hacía falta nada más,
ni un brasero, ni un chocolate caliente, nada ,
nada como sentir que desde que esa noche cuando nos miramos fijamente,
dijimos:
¡Qué le den por culo al mundo, yo de aquí no me muevo!