domingo, 29 de junio de 2014

Un sueño al vacío sin ti.

Dedicado a la musa que dijo te quiero a través de...


Siempre fue la niña que iba con cascos al instituto,
el riff de la canción que tarareaba mientras,
su mundo bailaba mirando los ojos de otra,
soñando con la canción de Marea esa en la que dice :
"mañana volveré, eso me lo dicen todos, anda bésame y te marchas ".

La niña que odiaba la poesía y paso a ser protagonista
de un cuento en la que todavía quedan hojas por rellenar
y que ahora sueña en verso, por mi culpa.
Ella desapareció a 3.545 km , por la AP-7.

Precioso caos, el que bailó contigo en la primera sonrisa,
y los tres primeros minutos de aquella partida al billar de tus labios,
todo ese caos que provocaste al pasar, moviendo el culo.
¿Alguna vez has visto cómo una comunidad de vecinos, se fuma el cigarro de después con sólo verla?
¿Alguna vez has sentido tanto vértigo al mirarla, que te duelen los ojos porque no hay mayor felicidad que su sonrisa?
¿Tú de qué vives gilipollas?


Nunca la veáis tocando la guitarra por que os juro que las cuerdas se afinan solas,
he visto con mis propios ojos, bañarse, hacer desaparecer a la luna, porque la muy puta estaba celosa de no ser la musa de mis últimos versos.

Ser la luz de un cielo negro, el mio,
dueña de mi tristeza, criando una estación,
la de su nombre, deseando que aparezca de nuevo en mi puerta
gritándome por los ojos, hoy estoy empapada y no veas lo que jode no correrme contigo.

Es verdad eso de que las letras se queman,
elixir de labios destrozados, por el roce,
Afrodita te odia desde que vio proclamarte Diosa en tu primer orgasmo,
aunque por aquel entonces yo ya sabía que pronto tus orgasmos tendrían que ser en otras camas y no en la mía.

Imagíname sonriendo por nada,
pero por favor si quieres empezar a tocar fondo, busca uno en el que te des de morros,
porque a veces buscamos pozos que no tienen fin,
y esos si que les puedo llamar por tu nombre.

domingo, 15 de junio de 2014

A todas esas que creéis en el amor que os venden.

Y ella dijo:
-Quiero enamorarme.


Quieres volar, tener alas,
y mientras acaricias el suelo,
porqué nada más empezar a eso que llamas volar,
te mojas las alas,
sin saber porqué,
y la vida pasa, y pasan las oportunidades de volar,
por eso alguien me dijo un día que sólo anhelamos eso que ya no podemos tener,
amas lo que pudo haber sido,
aunque te pasas la vida soñando con que un poeta te escriba,
y que un cantante tenga que parar en medio del concierto
por culpa de esa canción que te escribió a ti.

Y comprendí que ella, no estaba enamorada de alguien,
sino de la idea del amor que le vendían en los libros,
de las letras de Sabina, y los versos de Benedetti,
de las películas que veía los domingos.

Los domingos el día que sentía que nadie le iba a enamorar,
y que nunca sería protagonista sino espectadora.

Ojalá entendiera que tengo tres mil trescientos setenta y cuatro poemas
dónde en todos tú acabas riéndote a carcajadas,
y mientras yo pensando en el próximo poema,
ese en el que pongo:
"Hoy, está más guapa que nunca, por fin deja de tener miedo".


Y yo sólo...

Preciosa, no me pidas más versos,
sino es para rendirme a tus pies,
no busques al poeta, sino es para acabar en verso perfecto,
es decir, justo en el instante ese en el que me dices,
quiero que te corras,
temblando.

Niña, no pidas que alguien te entienda,
si me hablas en pasado,
no me digas que conoces eso que el mundo no ve,
me refiero, a eso de lo que nunca escribo.

Ella, estaba rota, lloraba,
y maldecía al capullo que se fijo en otra,
la que follaba con Rock and roll de fondo,
se corría, sonreía, amaba y no tenía miedo,
joder, la niña que te enamorarías,
era la que creías de otro mundo.

Un día, me dijo: "Ojalá me hubieras conocido en otra época" ,
lo que ella nunca supo es que amaba su tristeza, joder, era perfecta,
qué culpa tengo yo de ser feliz en mi tristeza, a mi manera,
viendo como te corres en mis versos.

Cómo le explico a ella, a mi tristeza,
que hoy su musa, no viene,
que hoy el orgasmo vale uno y no el doble.

No quiero morder el polvo, sino echarlo
porque un día alguien me enseñó,
que el recuerdo es lo perdura,
y yo sólo,
quiero recordarte,
con Rock and roll de fondo.


domingo, 8 de junio de 2014

Nunca será quizás.

Voy a empezar a escribir,
de la sonrisa de un padre cuando ve a su hijo meter gol en el minuto 92',
de las palabras de dos amigos un viernes cualquiera, entre cervezas,
de cuando alguien que te triplica la edad, te dice disfruta de la vida, todavía eres joven...
Pero seamos sinceros, si tengo que escribir será que hoy te he vuelto a ver de nuevo...

Que sí, que todos me dicen que tu vida no depende de nadie,
que la vida es demasiado corta para anclarse a alguien,
que cuando falla el plan a, tienes todo un abecedario entero,
pero vosotros nunca habéis echado un pulso a sonrisas con ella.

No, como tú no hay dos millones,
que no me creo a esos que ponen en su muro de Facebook:
nunca le voy a hacer caso al corazón,
voy a pensar más con el cerebro, ni en ser frío,
ni en ser de hielo.

Que es cierto eso de que al final siempre,
repito siempre, lo que más duele es la parte izquierda del pecho,
pero el día que escuché a Monica Gae recitarle "Feliz cumpleaños, pequeña" a Alejandra.
Comprendí, que tendría que coserme el corazón,
aunque esto implique operarme a corazón abierto.

Así que me creeré más a los que retuitean;
El mundo es más bonito cuando tú sonríes,
o yo no quiero ser recuerdo...

Así que hoy hablaré de lo fácil que lo tiene la poesía,
para hablar de ti,
poesía no es ella,
sino todas las palabras que sin querer has derramado,
que sí, que yo sé que esto son sólo palabras
que parezco un gilipollas soñando con cosas que sólo han ocurrido en mi mente,
que con esto me lo cargo todo,
pero igual te ríes,
y vuelvo a hablar de tu sonrisa,
y de volver a partirme los dientes por verla,
que igual nunca, nunca he sabido lo que quiero,
pero sí con quién,
y
dudo
mucho
en
comprender
otra manera de felicidad.

domingo, 1 de junio de 2014

Lo que nunca te susurré y tú gritaste a los cuatro vientos.

Me hubiera encantado no enredarlo todo,
a veces, sólo a veces, te leo, con un café, dos hielos, dos cucharadas de azúcar,
ríete, sabes a lo que me refiero.

Ella es el monumento que fotografían todos los turistas,
la niña que ríe cuando entra por primera vez en el cine,
la cintura más bonita, que verías en el N-4, 
esa que te sonríe, a pesar de que esté hasta el culo de cerveza,
el culo que todos miran cuando pasa y no comprenden que lo bonito que tiene es la sonrisa,
la única diosa por la que gastarías media vida, 
para pasar con ella la mitad de la que te queda,
que ella no es pueblo, ni cuidad, ni país, es hogar,
y de eso, joder, os juro que no tenéis ni puta idea de lo que os hablo.


Si todo hubiera empezado por escribir, de la sonrisa que se escapa al verte,
que cada vez que no podía dormir, cogía me plantaba delante de su casa,
y deseaba con todas mis fuerzas que soñases conmigo esa noche,
y sólo así soñar en paralelo.

Pero el caso es que cuando la conocí, no comprendí,
que lo único que ella necesitaba no era un poema,
que ella no quería ser musa, si no poeta,
que no salias a buscarme sino a encontrarme.

Y bueno yo me la imagino quejándose de que ahora no tiene motivos para sonreír,
harta de trabajos, de exámenes, del capullo que le escribe esto.

Te pido que sonrías,
hazlo por ti,
porqué te vi caer y levantarte,
sonríe, y no expliques el porqué,
porque eres la sonrisa de Málaga,
la que hizo feliz mi abril,
así que,
por favor,
sonríe,
el mundo necesita sonrisas como la tuya.