Eres tú, la sensación de alivio tras no querer saber la
verdad,
El trago que nunca me cansé de dar,
La flor que nunca florece, porque sólo quiere estar con un
capullo,
Mi adjetivo al final de cada sonrisa.
Qué irónico esta sensación de tenerte, de quererte, qué
tontuna, qué trágico, qué destrozo,
Qué negro, qué dolor, qué temblor, qué sin querer.
Qué pecho más abierto, qué factura de otros poetas me llevas
preciosa,
Qué fracaso me arrastras ahora que no te encuentro a mi
lado,
Y es que desde que te comprendo,
Te hablo menos,
Pero te admiro más.
A veces me gusta tocar la guitarra,
Y me creo algo,
Aunque nunca he
pasado de 4 acordes,
Y me sigo ahogando en la sangre que pude derramar.
Que detrás de cada ejército de guerra sólo se escuchará
nuestro quejido,
Y al final de cada noche sólo serán nuestros gemidos los que
apaguen las farolas.
Y ahora que en este comienzo te veo llorando,
Te recuerdo que fuiste la primera en reír,
Y en el abismo,
Sigues,
Siendo,
Tú.