miércoles, 3 de julio de 2013

Y allí me quede...

¿Y ahora a quién culpamos?

Nos volvemos a decir estupideces,
seguimos con el reproche, lloramos en las esquinas, buscando un imposible,
algo diferente que nos diga : 
-¡Quédate ésta noche, qué yo invito a la primera!

Somos perfectamente compatibles, pero con un defecto,
querernos demasiado es un problema, 
sobre todo si lo combinas con no saber quererse bien,
mira la cerveza ya está aguada, apartada de nosotros,
¿Ves?, siempre consigues sacar lo malo de las cosas,
pero si eres tú, fuiste el mejor trago, pero al cabo de un tiempo...
¿Al cabo de un tiempo, qué?
Pídele otra y cállate la boca, 
y mientras tú que haces mirar el puto móvil como siempre.

¿No tienes ningún mensaje?, 
No, te miro a ti y de lo demás me sobra la mitad,
en ese momento el corazón vuelve a latir a decir, ahora sí, por fin lo hemos conseguido.

Y allí me quede mirando, lejos, sin oportunidad de no hacer nada,
soñando con la misma conversación, esperando que me digas:
-¡Quédate esta noche, qué yo invito a la primera!