sábado, 19 de abril de 2014

Cuando por fin estás guapísima.

Creo que a los cordones de tus zapatos,
todavía se les puede dar otra vuelta,
tres cartas sobre la mesa,
porno a las cuatro de la mañana.

Sabes, siempre me ha recordado a ti,
orgasmos fingidos en la pantalla de mi ordenador,
y un te quiero al odio, justo antes de correrte,
siempre me he preguntado quién eran los actores
y quién era el jodido, o si te jodía a ti, es decir,
en lo que a mi respecta ni puta idea.

Mis sueños acaban en ti y no veas lo que jode no correrme en tu cara,
mientras el hachís se va consumiendo, y yo te sigo sin ver preciosa,
supongo que es eso tú te vas y yo empiezo mis estupideces.


Cambias el rojo por el amarillo en una noche,
en la que te vuelvo a ver preciosa, desnuda,
mis disculpas señorita voy a masturbarme por tercera vez,
dicen que el amor es complicado, pero lo más jodido
es no tener en quien masturbarme cada noche,
y todas han sido para pasar el rato.

Me he topado con el amor varias veces en mi vida,
pero nunca he tenido los huevos de decirle a la cara,
las mil y una mierdas que me ha hecho en mis diecinueve años de vida.

Te veo salir de tu casa.
Con ojos empapados de felicidad,
te miro el culo cuando me das la espalda,
y a mi se me escapa esa sonrisa nada más verte,
pienso el amor, es complicado, puede pasar cualquier cosa,
pero siempre hay un motivo, una acción, un gesto,
vuelves a sonreír y te ríes con la esperanza,
de volver a tener motivos por los que sonreír.

Creo en las futuras palabras, en las que todavía no se han dicho,
y en las que todavía quedan por demostrar,
así que hoy vida mía, cuando por fin estás guapísima,
enseñando las garras, o las heridas acércate por favor,

no dejes que mis sueños acaben en ti sin corrernos.