domingo, 7 de septiembre de 2014

Yo soy yo.

Nunca renuncié a ello,
ni siquiera aquella vez que te llamé llorando que lo dejaba,
nunca lo habría hecho.
Tengo como costumbre temblar de vez en cuando,
llorar dos veces al año,
aunque doce han sido por lo mismo.

Por instinto natural, sólo sé correr,
abrazo los acantilados y sólo me quedo en ellos si estoy quietecito,
me gustaría preguntarle al mar,
cómo cojones es capaz de escucharme sin ni siquiera mover la boca.

Te puedo decir, que sangrar implica sonrisa,
sólo conozco la felicidad en pasado,
me gusta ver fotos antiguas, aunque puede que ya no sepa de algunas personas,
y lanzo un suspiro para que les vaya bien.

Llevo toda mi vida con la cabeza en las nubes,
esperando un ángel, para vivir siempre en ellas.

Duermo de lado para darle la espalda a la mitad de mi vida,
no me gusta bailar, pero si es con la esperanza no dejaría de hacerlo nunca,
vivo con un plan que no tiene fin, y por eso me encanta porque me pasaré media vida
aprendiendo de él y nunca me sentiré solo.

De chico creía que el amor era una mentira,
y a día de hoy pienso que amor es nada más que química,
su origen sólo somos nosotros mismos,
nosotros le damos en significado que queramos
por eso creo que el amor es lo más parecido a la libertad.

Conocí a libertad un miércoles por la tarde,
haciéndome mi primera paja,
comprendí que sólo uno es libre si se libera a uno mismo,
y que dos son libres si de verdad,
se besan y ríen al mismo tiempo.

Nunca fui el chico más guapo de la clase,
ni el más alto, ni el más duro,
ni siquiera, el más listo,
yo era yo.

Un día aprendí a dejar de querer,
y mi última propuesta fue que me abrazaras,
como si la causante de ese estropicio fuera a solucionarlo.

Te digo, que ahora,
ando perdido sin beber,
como lo seguiré estando bebido,
sólo apuro la última gota,
si después me voy a pedir otra,
bebo hasta que no puedo andar,
y así no me pierdo.

Juro que hasta los quince en todas las fotografías salgo sonriendo,
y que cuando murió alguien importante,
lloré porque no sentía nada.

Viví durante cuatro años sin querer saber de nadie excepto de dos personas,
y llego ella, e hizo por primera vez en mi vida, que sintiera algo,
por alguien y por algo.

Mi primer latido no empezó al nacer, sino a los dieciséis,
y aunque no me he roto ningún hueso,
corazón sólo tengo uno y no sé cuantas veces se puede reconstruir.

Soy un cabrón conmigo mismo, y un gilipollas con quien me quiere,
porque acabo queriendo más de lo que me quieren.

En mi primera despedida, no quise abrazar a mi mejor amiga,
y en mi primer encuentro la abrace tanto que todavía me duele la parte izquierda del cerebro
porque tengo permanente ese recuerdo de ella.

Adoro follarme alguien primero con la mirada,
y luego tener con ella la conversación más increíble que puedas tener jamas,
me gusta hacer comprender a la gente que existen diferentes tipos de orgasmos,
y me gustaría tener todos ellos, contigo.

Quiero cumplir todas las promesas que buscan un imposible,
en todos los voy a hacer
escribo hazlo.

Vivo sin sentido, y hago siempre lo que me da la gana,
un día me levante girasol, y decidí que ya estaba hasta el tallo de tener que mirar siempre a la misma estrella.

Audrey Hepburn siempre fue mi chica diez,
todavía no tengo ningún porque,
pero creo en los milagros.

Me quiero especializar en ti,
como haces con tú smartphone,
con los dedos.
Así que no te vayas muy lejos,
que obligaría a todos los conductores del mundo,
que no te dejaran subir,
que ya estoy harto de maletas, de prisas y de horarios.

Sueño con una chica que pase el viernes conmigo,
poniéndonos hasta el culo de palomitas, orgasmos y carcajadas,
que se despierte al día siguiente y se levante en bragas y sudadera,
que le importe una mierda el pelo, porque vive la vida despeinada,
y ponga Extremoduro nada más levantarse,
el sábado nos emborracharíamos hasta quedarnos sin dinero,
el domingo se iría sin decir nada porque necesita echarme de menos,
y que la última cerveza de la semana se toma solo.


Sueño con sabanas sin sangrar,
en ser un delincuente con estilo,
en volar más alto de lo que nadie ha volado,
en beber más de lo que he bebido,
en perderte menos veces de las que me has tenido,
con acantilados repletos de cigarros,
en bares con cerveza en oferta.

Quiero jugar con la piedra con la que caigo una y otra vez,
beberme las lagrimas aunque sean pocas,
creer que entre tanta mierda, algo bueno saldrá,
quiero creer que la vida me abraza cuando estoy a oscuras,
y yo a ella le pongo mi mejor sonrisa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario