lunes, 11 de diciembre de 2017

Break

Que el último suspiro de honestidad tenga origen en un tu coño,
Que mi última corrida no me salga por los ojos,
Que las últimas lágrimas que derramen me salgan de la polla,
Que grites y no sea por desesperación, sino por alivio.

Creo en la infinidad de las millones de cosas insignificantes que están por encima de nosotros
Creo en la posibilidad de mirar el mar tranquilo al final de la noche,
En mantener vivas las hogueras,
En cruzarme con gente que sujetan mal las farolas,
Que no terminan de encenderse.

Aquí, donde pedimos guerra a muerte contra la vida, hay algo que nos une y nos separa al mismo tiempo,
Allí, en ese mundo cansado y con ojeras, donde todo está lleno de canciones donde despertarse es un acto de fé,
Dónde no encontramos como calmar esta sed en mitad de la resaca.

Y a mí se me hace eterno el no encontrar nada en este desierto,
En el que todos beber, todos miran, y ninguno se queda.


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